La sabiduría surge cuando mueres, cuando el ego desaparece. A la polilla no le interesará si la llama que la ha llamado está ardiendo en la mezquita o en el templo. La polilla sólo reconoce la llama; donde sea que esté es irrelevante. Y así ocurre con un amante, con un Sufi, con un discípulo. A él no le preocupa dónde está disponible el maestro, dónde está disponible la llama: en el templo, en la mezquita, en la iglesia. Esto no le preocupa. Donde sea que ve la llama, está listo para morir en ella, desaparecer en ella. Y en esa desaparición misma, surge la sabiduría. La muerte del ego es la resurrección de la sabiduría en ti. Eres de nuevo un niño, inocente, maravillado, lleno de asombro reverente. Y entonces toda la existencia es un misterio. Entonces es fantástico. Entonces su belleza es increíble, su alegría es demasiada, su éxtasis es sobrecogedor.
Osho - Unión Mística: El Camino Sufi