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11 Sep
11Sep

 


En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Elihau de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras. Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Elihau transpirando, mientras parecía cavar en la arena. 

— ¿Qué tal anciano? La paz sea contigo. 

— Contigo también -contestó Elihau- sin dejar su tarea. 

— ¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos? 

— Siembro –contestó el viejo. 

— ¿Qué siembras aquí, Elihau? 

— Dátiles –respondió Elihau mientras señalaba a su alrededor el palmar.  

— ¡Dátiles! –repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez. 

— El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor. 

— No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos… 

— Dime, amigo: ¿cuántos años tienes? 

—Ochenta, pero eso ¿qué importa? 

— Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer y después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento treinta años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo, vayamos a refrescarnos del calor con un buen trago.

 — Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar estos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto… y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea. 

Antigua historia del Medio Oriente


«Cuando un hombre planta árboles bajo los cuales sabe muy bien que nunca se sentará, ha empezado a descubrir el significado de la vida»

Sin duda alguna una bella historia que nos regala la cultura árabe, y en ella una enseñanza profunda para la vida misma, la generosidad trae recompensas. Y cuando hablo de la generosidad me refiero a la capacidad de dar sin espera nada a cambio.
Hemos cosechado de lo que otros ya sembraron por eso estamos dispuestos a sembrar para la vida de otros.



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