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06 Jun
06Jun

¿Cómo se puede conseguir que el nacimiento de un niño sea lo más agradable posible?



Cuando el niño sale del vientre, es la mayor conmoción de su vida. Ni siquiera la muerte será una conmoción tan grande, porque la muerte llega sin avisar. La muerte le llegará muy probablemente cuando esté inconsciente. Pero mientras está saliendo del vientre de la madre está consciente. Su largo y hermoso sueño de nueve meses se ve interrumpido y entonces le cortas el cordón que le une a la madre.

En el momento en que cortas el cordón que le une a la madre has creado un individuo lleno de miedo.

Esto no es lo adecuado: pero así es como se ha hecho hasta ahora.

Hay que separar al niño de su madre más despacio, mas gradualmente. No se debería producir esa conmoción, y eso se puede arreglar. Es posible hallar una solución científica.

En la habitación no debería de haber luces deslumbrantes, porque el niño ha vivido durante nueve meses en una oscuridad absoluta y sus ojos que nunca han visto la luz. son muy delicados. Y en todos los hospitales hay luces deslumbrantes, tubos fluorescentes, y el niño es expuesto a la luz súbitamente... Casi todo el mundo tiene los ojos delicados por culpa de esto; más adelante tendrán que usar gafas. Ningún animal las necesita. ¿Has visto a algún animal con gafas leyendo el periódico? Sus ojos están perfectamente sanos durante toda su vida, hasta el momento de su muerte. Es sólo el hombre... Y esto ocurre desde el principio. No. el niño debe nacer en la oscuridad o con una luz muy suave, quizá de velas. La oscuridad sena lo mejor, pero si se necesita un poco de luz, las velas servirán. ¿Y qué han estado haciendo los médicos hasta ahora? No le dan tiempo al niño para que se adapte a la nueva realidad. La manera en que reciben al niño es desagradable. Levantan al niño por los pies y le dan una palmada en las nalgas. Detrás de este estúpido ritual se esconde la idea de que esto ayudará a respirar al niño porque en el vientre de la madre no estaba respirando por sí mismo; la madre respiraba por él, comía por él, hacía todo por él.

No es un buen comienzo que para darte la bienvenida te cuelguen boca abajo y te den una palmada en las nalgas.

Pero el médico tiene prisa. Si no fuera así. el niño empezaría a respirar por su cuenta: habría que dejarlo sobre el vientre de la madre, encima del vientre. Antes de cortar el cordón umbilical se le debería dejar encima del vientre. Estaba dentro del seno materno, en el interior: ahora está afuera. No es un cambio demasiado grande. La madre está ahí, la puede tocar, la puede sentir. Conoce su vibración. Es perfectamente consciente de que ésta es su casa. Ha salido fuera pero ésta es su casa. Dejadle estar un poco más con su madre para que se familiarice con ella por fuera; ya la conoce por adentro.

Y no cortes el cordón que le une hasta que empiece a respirar él solo.

¿Qué se hace actualmente? Cortamos el cordón y le damos una palmada para que así tenga que respirar. Pero esto es obligarle, esto es violento, no es científico en absoluto y es antinatural.

Déjale que respire por su cuenta. Sólo le llevará unos minutos. No tengas tanta prisa. Se trata de la vida entera de un hombre. Puedes fumarte tu cigarrillo dos o tres minutos más tarde, le puedes susurrar dulces tonterías a tu novia unos minutos más tarde. No le va a hacer daño a nadie. ¿Cuál es la prisa? ¿No puedes concederle tres minutos? Un niño no necesita más que eso. Si se le deja solo, en tres minutos empieza a respirar. Cuando comienza a respirar, adquiere la confianza de que puede vivir por su cuenta. Ya puedes cortar el cordón, no sirve de nada; no le producirá ninguna conmoción al niño. Después, lo más importante es que no le tapes con mantas en la cama. No, durante nueve meses estuvo sin mantas, desnudo, sin al¬mohadas, sin sábanas, sin cama. No hagas un cambio tan rápido. Lo que necesita es una pequeña bañera con la misma solución de agua que la que había en el vientre de su madre, exactamente agua de mar: la misma cantidad de sal, la misma proporción de compuestos químicos, exactamente la misma.

Esto vuelve a ser una prueba de que la vida debió aparecer primero en el océano. Todavía sucede en el agua oceánica. Por eso cuando una mujer está embarazada comienza a comer cosas saladas, porque el vientre va absorbiendo sal; el niño necesita exactamente la misma agua salada que existe en el océano. Si preparas la misma agua en una bañera pequeña, y colocas dentro al niño, se sentirá perfectamente recibido. Esta es la situación con la que está familiarizado.

En Japón, un monje zen ha llevado a cabo un experimento estupendo: ayudar a un niño de tres meses a nadar. Poco a poco ha ido rebajando la edad. Primero lo intentó con un niño de nueve meses, después con un niño de seis meses, ahora con un niño de tres meses. Y yo digo que todavía está lejos. Hasta los recién nacidos son capaces de nadar, porque han estado nadando en el vientre de su madre.

Por eso, dale al niño una oportunidad que sea similar a la del vientre de su madre.


Osho_El Libro del Niño


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